No sabia como reaccionar, lo hacía todo mal. No tenia escapatoria...una vez dicha una locura la discusión seguía y seguía. Él nervioso, ella torpe, él enfadado por dentro pero aparentando que no pasa nada, ella que ha metido la pata y no sabe como solucionarlo. Otro día, otra discusión. El nervioso, ella torpe...
Aun así siempre acababan las conversaciones con tres palabras. Porque a el le daba igual que ella se equivocase, porque a ella no le gustaba estar un minuto sin él. Más amor por una parte que por otra pero...solo tres palabras.
Una
Dos
Tres
Aun así siempre acababan las conversaciones con tres palabras. Porque a el le daba igual que ella se equivocase, porque a ella no le gustaba estar un minuto sin él. Más amor por una parte que por otra pero...solo tres palabras.
Una
Dos
Tres