viernes, 16 de enero de 2009

12 de enero de 2007, el metro de londres esta abarrotado de gente que entra y sale sin parar. Vestido como cualquier otra persona en un día normal y con nada menos que un stradivaius de 1713, Joshua bell se dispone a tocar. Un experimento e idea de el director de la orquesta sinfónica de los estados unidos y el diario "The Washington Post", quienes creian que se llegarían a parar unas 100 personas por lo menos, aunque solo fuera por la belleza y sonido de el instrumento. Experimento fallido. Pues la gente es muy inculta y no sabe apreciar lo bello.
Uno de los mejores violinistas del mundo, y mi favorito de siempre y por siempre si me dejais decirlo, toco trés días antes de ese estúpido experimento en el Boston Shympony Hall que llenó sin problema.
45 minutos de maravillosas piezas tocadas por esas valiosas manos sobre ese instrumento único y perfecto. 45 minutos de práctica ignorancia pudiendo acercarse a menos de dos metros de el sonido. 45 minutos gratis para unas personas que no saben valorar ni mirar lo que tienen delante. 45 rabiosos minutos para mí para los cuales habría dado la vida, ya que yo nunca podre acercarme, ver el estradivaius de cerca, ver los movimientos y ternura con los que JB pasa sus dedos por las cuerdas y escucharle de manera tan personal mientras me quedo anonadada. No, yo tendré que pagar, cosa que no me importa, para verle entre miles de personas y seguramente de lejos.
El artículo de "el país" de donde he sacado la información para escribir esto y poner mi opinión tiene razón, la gente no está preparada para reconocer la belleza...

0 comentarios: